Lo habitual es que entre nuestros hijos y los abuelos exista una relación de afecto. Sin embargo somos humanos y no siempre nuestras relaciones son perfectas, pasan por altos y bajos, hasta llegar a la ruptura de lazos.
Está claro que en los procesos de divorcio cuando un progenitor tiene la custodia, al otro se le atribuye un régimen de visitas. Pero qué sucede cuando la relación que se rompe es la que existía con los abuelos, ¿pueden ver a sus nietos? Ese es el objeto de la entrada de hoy: el derecho de visitas de los abuelos.